Cuando el explorador portugués Pedro
Alvares Cabral desembarcó, en el año 1500, en lo que hoy es el estado de Bahía,
en la costa de Brasil, nombró al territorio recién descubierto Ilha de Vera
Cruz (Isla
de la Vera Cruz) Pues pensó erróneamente que había desembarcado en una isla.
Poco después, el navegante italiano Américo Vespucio partió hacia Brasil en un
viaje encargado por la monarquía portuguesa, y regresó con un cargamento de
madera dura y rojiza. La madera era muy similar a una variedad de madera del
este de la India llamada pau brasil, que entonces era popular en Europa
para la fabricación de armarios y de instrumentos musicales. Como resultado,
pau brasil, se convirtió en el primero de los recursos naturales de Brasil
explotados por el gobierno portugués. El país fue nombrado Brasil más tarde en
referencia a esa madera.
Brasil es el quinto país más grande del mundo, tanto en área geográfica como en
población. También es una de las naciones con más diversidad geográfica y
cultural del planeta. Debido a esta gran diversidad, Brasil se ha ganado el
apodo de "tierra de contrastes", un apodo que no pueda merecerlo más
ningún otro país del mundo.
A efectos administrativos, el Brasil se divide en cinco regiones: Norte,
Nordeste, Centro Oeste, Sudeste y Sur. De estas regiones, el Nordeste tiene la
mayor proporción de personas de ascendencia africana, en el sur y el sudeste
viven la mayoría de los brasileños de ascendencia europea y japonesa, mientras
que los pueblos indígenas de Brasil se encuentran principalmente en el Norte y
Centro-Oeste. A pesar de estas divisiones, la migración regional y el cruce
entre razas han hecho de Brasil uno de los países de mayor diversidad racial
del mundo.
Desde un punto de vista económico, muchos expertos (y una buena parte de los
brasileños) ven a Brasil como un país dividido, comparando los ricos del Sur
con Europa occidental y los pobres del Norte con la India. Estos contrastes han
dado lugar a muchos estereotipos negativos dentro de Brasil, como cuando los
ciudadanos de Sao Paulo, la gran metrópolis en el sureste de Brasil, culpan de
la pobreza de su ciudad y de la alta tasa de criminalidad a los migrantes
procedentes del norte. Por otra parte, los habitantes urbanos de Brasil, en
ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo, tienen una larga tradición de difamar
a la gente de las ciudades y pueblos más pequeños en el interior rural del
país, llamándoles pueblerinos incultos y paletos.
La cocina de Brasil Todos los brasileños adultos son muy
conscientes de estas diferencias regionales y rurales o urbanas, y la mayoría
tienden a identificarse estrechamente con su lugar de nacimiento. Un brasileño
se puede considerar un nordestino, un mineiro (nativo del estado de Minas
Gerais), o un carioca (natural de la ciudad de Río de Janeiro). Sin embargo,
todos los brasileños comparten la cultura nacional, lo que hace del país un
verdadero ejemplo de unidad en la diversidad. El legado de los portugueses en
términos de lenguaje, el derecho y la religión ayuda a unificar esta enorme
tierra y su gente. Por ejemplo, hasta mediados de la década de 1900 casi todos
los brasileños eran católicos, y en la actualidad, prácticamente todos hablan
portugués y se identifican con la dominante y duradera cultura brasileña.
La cultura de Brasil: El
idioma
Casi el noventa y nueve por ciento de la población
brasileña habla portugués, una lengua románica perteneciente a la familia
indoeuropea de idiomas. El portugués fue introducido inicialmente en Brasil a
principios de 1500. Antes de la llegada de los portugueses, los indígenas
hablaban lenguas pertenecientes a un mínimo de cuatro familias lingüísticas:
arahuaca, Ge, caribes y tupí-guaraní. Como el tupi-guaraní era la lengua que
hablaban los indios de la costa y la primera en entrar en amplio contacto con
los portugueses sirvió como base para la lingua geral, un lenguaje desarrollado por los
jesuitas para su trabajo misionero con la población indígena.
La lengua portuguesa hablada por los brasileños difiere un poco del portugués
hablado en Portugal—la gramática, el vocabulario y la pronunciación son un poco
diferentes. En el portugués brasileño se encuentran una serie de palabras
indígenas que se han añadido a la lengua, en particular los nombres de las
plantas nativas, animales y lugares, unos términos que no existen en el país de
Portugal. Aunque los acentos en Brasil varían ligeramente de una región a otra,
no son lo suficientemente pronunciados como para causar ninguna deficiencia en
la comprensión. La inmensa mayoría de los brasileños son monolingües en
portugués, pero hay muchos ciudadanos ricos y de clase media que han estudiado
activamente otros idiomas, sobre todo el inglés, aunque
también el español, el francés y
el alemán. Los
habitantes de Brasil están muy orgullosos de su patrimonio lingüístico y les
ofende que muchos extranjeros, sobre todo los de Estados Unidos y Canadá, crean
que hablan español.
La cultura de Brasil: La
religión
El catolicismo romano es la fe religiosa predominante
en Brasil y, aunque el porcentaje de brasileños que se identifican como
católicos ha disminuido en los últimos años (de 95 por ciento en 1950 a 73 por
ciento hoy en día), Brasil sigue siendo el mayor país católico del mundo.
En Brasil existe la separación de Iglesia y Estado y la Constitución de 1988
otorga a todos los ciudadanos libertad de creencias y de expresión religiosa.
Sin embargo existe una relación muy estrecha entre la Iglesia Católica y el
Estado, como la ha habido durante la mayor parte de la historia del país. Las
principales fiestas católicas son también días festivos en Brasil y las
inauguraciones de los edificios públicos y oficiales siempre están presididas
por un sacerdote (o por un obispo). Además, las instalaciones relacionadas con
la iglesia para el bienestar y la educación, tales como los seminarios
religiosos, reciben ayuda financiera del gobierno federal.
El catolicismo practicado por los brasileños varía un poco según sea su
entorno, urbano o rural. El "Catolicismo popular", que incluye las
creencias y prácticas que no se observan en las ciudades, lo practican las
personas en el interior rural del país. Tal catolicismo popular sobrevive en
los centros de peregrinación en las tierras del interior que atraen a miles de
brasileños, a menudo desde grandes distancias. Los fieles se comprometen a
hacer una peregrinación en honor al santo o santa que haya concedido su
petición (por lo general una curación física), y muchas veces el feligrés
agradecido ofrece al santo una talla semejante a la parte de su cuerpo que ha
sido curada.
Aunque que el catolicismo es, con mucho, la religión predominante en Brasil,
también hay otras religiones practicadas por una minoría de la población. El
protestantismo, por ejemplo, especialmente la variedad fundamentalista, se está
haciendo cada vez más popular. Las iglesias pentecostales han gozado de gran
éxito en los últimos años. En lo que a menudo son servicios altamente
emocionales, los creyentes testifican haber recibido la inspiración del
Espíritu Santo, hablan en lenguas, y realizan curaciones. Mediante el uso de la
radio y la televisión, se dirigen a los pobres y predican la auto superación a
través de la iniciativa individual. Una secta relativamente nueva, la Igreja
universal (Iglesia Universal), fundada en Río de Janeiro a finales de 1970,
ahora cuenta con iglesias en todo Brasil y por el mundo.
Todavía existen muchas religiones indígenas en Brasil, la más popular es el
Candomblé, una religión que combina elementos africanos y europeos, donde las
deidades se invocan a través de la posesión espiritual de los iniciados en el
culto. Muchos cristianos brasileños creen que el candomblé es "la obra del
diablo", pero a pesar de las redadas policiales y la discriminación social
en los últimos años, el candomblé se ha mantenido, e incluso florecido, como un
símbolo vibrante de la identidad cultural afro brasileña.
La cultura de Brasil:
Costumbres y etiqueta

Carnaval de BrasilA diferencia de sus homólogos en
Norteamérica, los brasileños tienen menos sentido del espacio personal y no les
molesta estar embutidos entre mucha gente en lugares públicos. Se sabe que la
población brasileña se expresa físicamente y transmite sus sentimientos a
través del tacto en lugar de las palabras. Algunos extranjeros podrían
malinterpretar esta forma de expresión, como si fuera algo de naturaleza
sexual, sin embargo los brasileños equiparan el contacto con la amistad y con
la muestra de afecto. Las mujeres suelen tocar más que los hombres y pueden
saludar a los demás con besos en ambas mejillas y los hombres también se saludan
con abrazos y palmadas en la espalda. La informalidad de este tipo de expresión
se extiende también a la conversación. Los brasileños se dirigen los
profesores, médicos, sacerdotes y otros profesionales utilizando su título,
seguido de su nombre de pila, como profesor Juan, Doutora (Doctora) María o
Presidente Jorge, en lugar del apellido, que es más común en América del Norte.
Las expresiones varían en Brasil según la posición social de la persona. Por
ejemplo, un sirviente por lo general le dará la bienvenida a su patrón con un
apretón de manos blando, con los ojos bajos y la cabeza ligeramente arqueadas.
Los titulados universitarios (e incluso aquellos que tan sólo lo parezcan) se
les reconocen comúnmente como "doctor", tengan o no la titulación
universitaria.
Los brasileños son menos reticentes con respecto a su cuerpo y la desnudez que
la mayoría de las personas de otras culturas. Prueba de ello puede verse en la
celebración anual del Carnaval, donde los artistas se visten con trajes escasos
que consisten en poco más que un jirón de tela y algunas plumas, y los
diminutos bikinis, llamados "hilo dental" (fio dental) en el argot de
Brasil, que las mujeres de cualquier figura, tamaño y edad usan en las playas
públicas de Brasil.
La cultura de Brasil: Las
Artes y Humanidades
Brasil tiene una tradición literaria honrosa y rica y
varios de sus escritores han alcanzado notoriedad internacional, como Jorge
Amado, el autor contemporáneo más conocido de Brasil. Las novelas de Amado han
sido traducidas a más de 50 idiomas y sus escritos evocan vivamente los
placeres sensuales y modernos de Brasil, en particular los de su Bahía natal
que el escenario de la mayoría de su obra.
Brasil, además tiene una tradición de literatura popular, aunque se conozca muy
poco en el extranjero. Este tipo de literatura, conocida como literatura de
cordel, que tiene
su origen en la costumbre de exhibir folletos de versos colgándolos de una
cuerda fina o cordel; son unos versos rimados todavía populares en el interior
del Nordeste. En las regiones donde es más alta la tasa de analfabetismo del
país, estos versículos difunden noticias y perpetúan las tradiciones
culturales. El cantante de cordel, que viaja de ciudad en ciudad realizando sus
versos con el acompañamiento de una guitarra o un acordeón, escribe los versos,
compone la melodía, imprime las letras en un folleto-que también vende-e
incluso puede ilustrar el trabajo con su propios grabados en madera o bocetos..
La música de Brasil no está considerada simplemente como entretenimiento si no
que ha sido llamada la "banda sonora de la vida nacional." Brasil es
famoso por dar al mundo la "samba" y "bossa nova" y la
energía de su música acumula la influencia de los muchos elementos culturales
del país.
La cultura de Brasil: La
cocina

En todo Brasil hay tres alimentos principales que,
hasta cierto punto, representan el núcleo de la dieta de la población: arroz,
frijoles y mandioca. La mandioca es un cultivo de raíz que se sirve de dos
maneras en Brasil. Se puede consumir en forma de harina, fariña de mandioca,
rociada sobre el arroz y los frijoles, o como farofa de mandioca, harina
salteada en aceite con huevos, cebolla, aceitunas o varios otros ingredientes.
Estos tres alimentos básicos se complementan a menudo con la carne, ya sea de cerdo
o carne de res, aves de corral, o pescado. Sin embargo, la frecuencia en la que
la carne se consume en Brasil está estrechamente ligada a la situación
económica de la familia. Mientras que los brasileños de clase media y acomodada
pueden comer carne casi a diario, las familias más pobres, asentadas en los
medios rurales sólo pueden permitirse estas fuentes de proteínas de vez en
cuando.
En algunas de las ciudades más grandes de Brasil, la comida relajada del
mediodía está siendo gradualmente reemplazada por los “lanches” (anglicismo de
"lunch"). Los lanches son más pequeños que la comida tradicional, por
lo general se sirve en los restaurantes, en aquellos que ofrecen comidas estilo
buffet y en los establecimientos de comida rápida como McDonald’s con sede en
Estados Unidos. Las personas más pobres y las familias que viven en las zonas
urbanas suelen comer en casa, o tomar un aperitivo en uno de los muchos puestos
de comida situados en las esquinas y plazas de las ciudades.
La cultura de Brasil:
Fiestas, celebraciones y deportes

Brasil Copa Mundial de FútbolLa celebración más importante de
Brasil es el Carnaval, un festival de renombre internacional celebrado antes de
la Cuaresma y conocido por sus animadas fiestas y peculiares personajes. El
Carnaval son cuatro días de todo tipo de fiestas, que se caracteriza por los
desfiles diarios de bailarines y músicos disfrazados, por los encuentros
formales, los artistas callejeros y los concursos musicales. Todas las
realidades mundanas de la vida se dejan a un lado cuando comienza el Carnaval.
Mediante el uso de un disfraz, conocido como “fantasia” en portugués, cada
brasileño, rico o pobre, se pueden convertir en la persona que desee ser
durante los días del Carnaval. La división entre los ricos y los pobres
desaparece y todos los elementos opuestos de la sociedad brasileña se armonizan
para formar una vertiginosa celebración de colorido y música.
Aparte de la vertiginosa celebración del Carnaval (que tiene un trasfondo
religioso), Brasil también celebra una serie de fiestas y festividades
seculares, muchas de ellas también de origen religioso establecidas antes de la
promulgación de la Constitución de Brasil en 1988. Uno de estos días de fiesta
es la fiesta de los Reyes Magos, observada el 6 de enero. En este día, los
niños caminan de casa en casa, cantando canciones y pidiendo pequeños regalos y
comestibles dulces. Aunque esta tradición se está extinguiendo poco a poco en
las zonas más urbanizadas del país, aún se considera una fiesta importante en
el interior rural.
Durante el mes de junio se celebran una serie de fiestas populares conocidas
como las Festas Juninas(Fiestas de Junio). Estas fiestas, con origen en la
convención católica, son las fiestas de San Antonio (el 13 de junio), San Juan
(el 24 de junio) y San Pedro (el 29 de junio). Se celebran con enormes hogueras
públicas, comidas y juegos tradicionales, bailes y fiestas para los niños.
El 7 de septiembre de cada año, los brasileños celebran su independencia de
Portugal, que se produjo en esa fecha en 1822, cuando Pedro I, el príncipe
heredero, declaró la independencia de Brasil de la madre patria colonial. Otro
día de fiesta pública y legal es la Fiesta de Nossa
Senhora, patrona de
Brasil, que tiene lugar el 12 de octubre; y la Proclamación de la República,
que celebra la desaparición del Imperio de Brasil, se celebra el 15 de
noviembre.
Como país cristiano, Brasil celebra la Navidad y el Domingo de Pascua, y en el
último día del año, el 31 de diciembre, Nochevieja, miles de seguidores de las
religiones indígenas y afro-brasileñas se dirigen a las playas de Brasil para
rendir homenaje a Yemanjá, la diosa del mar.
En Brasil se juegan muchos deportes, como el béisbol y el baloncesto, pero
ninguno se puede comparar en popularidad al deporte nacional, el fútbol de
Brasil. Los brasileños son fanáticos cuando se trata del fútbol, y algunos de
los equipos jugadores mejores del mundo son de Brasil. Durante la Copa Mundial
de Fútbol, que se realiza cada cuatro años, la nación esencialmente se apaga, y
el delirio en las calles es casi palpable. Banderas brasileñas están en alto y
todo el país se viste con los colores nacionales de amarillo y verde, mientras
jalean a sus jugadores favoritos, sus héroes nacionales, para que regresen con
la Copa a Brasil.